-Te voy a contar lo que le pasó a un hombre que vivió con una mujer que era una Shibedao:
Desde que se casaron la mujer le advirtiió lo que ella era y le dijo que él tenía la fortuna de vivir con ella pero, que como estos seres están hechos para vigilar el mundo zapoteca, no les está permitido tener hijos. Es más, a los más grandes e importantes seres de éstos no les está permitido ni siquiera casarse. El joven sin haber fortalecido su corazón aceptó.
Primero fueron felices ya que no les hacía falta nada, porque por la misma suerte de la mujer, tenían suficiente para su sustento, tenían maaíz, animales y todo lo necesario. Pero como estos seres que representan bondad y buscan el bienestar de los demás, también hay otros seres que representan la maldad y buscan el dolor para la humanidad, por lo que la maldad siempre trata de destruir a lo que representa la bondad; por eso es que esta familia siempre estaba acechada. En una ocasión la maldad llegó disfrazada de amigo y le dijo al esposo:"Tienes un sueño muy pesado, amigo mío, y no te das cuenta lo que tú mujer hace cuando duermes".
El pobre joven al oír esto ya no pudo estar tranquilo y él mismo fue a buscar al mal amigo para pedirle ayuda para poder darse cuenta de la hora en que su mujer salía y poder ser testigo de lo que hacía. De esa manera pudo ver cuando la mujer estrella errante salía a reunirse con sus semejantes para deliberar la forma de cuidar el firmamento bajo el que vivía el zapoteco. Aquí pudo ver que cuando salían a hecer su vigilancia todos se quitaban la cabeza y la dejaban en el lugar en donde habían estado reunidos y sólo su cuerpo era el que se convertía en esas estrellas errantes que vemos cruzar bajo el cielo. En esa ocasión vio cómo el cuerpo de su esposa salía a cumplir su misión junto con otro cuerpo de varón y como su pensamiento ya estaba manejado por la maldad, pensó en lo incorrecto y por ello se fue triste y vengativo a pedir ayuda al mal amigo.
El mal le aconsejó que no tuviera miedo, que no hiciera caso de lo que deliberaban aquellos seres porque si lograba entender lo que platicaban, entonces ya no se atrevería a llevar a cabo lo que tenía que hacer. El mal le dijo que lo único que tenía que hacer era cambiar la cabeza de su esposa y ponerla en donde estuviera la cabeza del varón y la de éste ponerla en donde estaba la de su esposa. "Con esto que hagas, tu esposa ya no te engañará más", le dijo ese mal amigo.
La noche, después que hizo la mala obra, regresó casi corriendo a su casa y se acostó esperando a la esposa y así, pudo darse cuenta cuando llegó. Ya se acercaba el nuevo amanecer, cuando él se levantó y empezó a despertarla para que se parara y la pobre aunque oía los voces de su hombre, tapada de pies a cabeza no le contestaba. El hombre le insistía tanto para que se levantara que llegó un momento en que, fastidiado, le jaló la cobija con que estaba tapada y allí pudo darse cuenta de lo que había hecho: porque el cuerpo de su mujer ahí estaba pero la cabeza de un hombre desconocido. Tal vez por pena o porque no es posible vivir así, la pobre mujer sólo alcanzó a decir estas palabras a su hombre:"¡Ay de ti!, pobre hombre que no conociste en tu vida lo que es esperanza, lo que es consejo, porque esto que acabas de hacer no lo hiciste tú, fuiste un instrumento de nuestros enemigos, has eliminado a des de los vigilantes nocturnos encargados de derramar el bienestar y de ahuyentar el dolor y la carencia en nuestros pueblos: por esto que acabas de hacer todo lo que yo ahuyentaba caerá sobre de ti y todo lo que yo daba, ni de cerca lo podrás ver, por no creer en la palabra de los que te quieren".
Y después de que las dijo cayó muerta. Hasta entonces el hombre se dio cuenta de lo que había actuado. Dicen que a partir de ese momento empezó a quedarse pobre: se le morían los animales, ya no se dio su cosecha y poco a poco quedó en la más triste pobreza, dicen que hasta cuando iba al campo a buscar pipe para laver su ropa, ni eso encontraba...
-Javier Castellanos
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